sábado, junio 16, 2012

The Mortician’s Daughter


"Remember that you are all that matters... Fuck the rest.
 You are beautiful and strong." / 
"Recuerda que tú eres todo lo que importa... A la mierda el resto. 
Eres hermosa y fuerte." 
-Andy Biersack

    Cada vez que veo a través de la ventana no veo nada más que un vacío, un vacío como lo está mi alma en este momento. El trayecto en escala de más de 10 horas de Darkold a Londres, de Londres a Seattle, y de Seattle a Ohio, Cincinnati, es un auténtico horror. Cada minuto que paso en ese avión solo son vagos recuerdos de los últimos momentos que pasé junto a mi padre. No pensé que vería la muerte de nuevo -de alguien que quiero, claro. Y mucho menos de una forma tan trágica. No lo había mencionado antes.
  "Eres la viva imagen de tu madre", me decía cuando me veía usando sus vestidos. Ella estaba tan… débil, joven y frágil; que estaba sin fuerzas, que con la justas podía levantarse y comer. Que era muy hermosa, que sus ojos eran hermosos y que su hermosa voz lo era todo.
  "Pero valió la pena Audrey, sé que serás como ella, aunque creo que ya lo eres", pero no me veo así. Le quité la vida, la maté, ella merecía vivir, no yo -¿acaso eso es ser buena persona? No lo creo. El único recuerdo que tengo es una vieja foto y hermosos  vestidos. Tenía un montón, tantos que creo que podían llenar más de dos closets, pero sólo algunos alcanzaron en la maleta.
  Murió el 6 de Junio de 1990. Mi padre se encargó del funeral – es un empresario de pompas fúnebres– dijo que al enterrarla se veía tan hermosa, era como si aún estuviera viva, le puso una corona con sus flores favoritas, las rosas negras. Acudió casi todo el pueblo, Loveday era muy conocida, tan distinta mí, solo conozco a unos cuantos. Bueno, siendo la mujer de un empresario de pompas fúnebres, una termina conociendo a todos.
  William quería que yo siguiera con su trabajo, yo lo odiaba, no soportaba ver muertos en la casa, tienen un olor repugnante, nauseabundo, y peor si sus familiares no los recogían a tiempo. Cada vez que iba a un funeral terminaba en el baño, o en cualquier otro lugar que no sea acompañando al ataúd.
  Me alegra ser atea; si dicen que Él es bueno, que nos quiere a todos, ¿por qué nos da una vida así?, con tan dolor y sufrimiento, sin las personas que más queremos, y sin amor. Lo único que hace es arrebatárnoslo todo. Sé que puedo hacer las cosas sin tener que orar ni arrepentirme de lo que se me da la gana hacer.
  Mi herencia no fue lo que esperaba, a ésta edad no creo que sea común pensar en esas cosas, al menos no para mí. Me dieron un papel y un pasaje de avión un día después.

  El señor William David Anthony Rumsfeld falleció en esta ciudad, Darkold, Inglaterra, el pasado 7 de junio del 2005. Propietario de una casa de 266 m2 en Cincinnati, Ohio, Estados Unidos y un auto Lincoln Aviator SUV 2WD. Distribuyó sus propiedades a su hija y a su sobrina.
Hijo/s del fallecido:
Loveday Audrey Gene Rumsfeld, menor de edad, hija del fallecido W.D.A.R., quien actualmente quedó huérfana, y reside en el pueblo de Darkold, Inglaterra.
Sobrino/s del fallecido:
Astrid Christell Campbell con... (...)
A los anteriores, son de aplicación los siguientes... (...)


  En fin, yo me quedé con la casa (que ni sabía que teníamos) y por mi desgracia también es de mi prima, al igual que el auto. ¿Y algo más?, ¡NO! nada más para mí. Creo que Astrid es buena persona, William me hablaba muy bien de ella. Y si realmente lo es, me dará el auto cuando cumpla 16.

   En breves instantes estaremos llegando al estado de Ohio, EEUU. Todos los pasajeros hacer el favor de abrocharse los cinturones…. –dice la aeromoza por micrófono.

  Todo pasó rápido, más de lo que esperaba. El avión aterrizó. Pensé que viajar en avión sería un poco más emocionante. Pero no fue así, lo único que alcancé ver a través de las diminutas ventanas  fue el mar, que me provocó muchas ganas de vomitar, pero debo admitir que el despegue fue... que el despegue me revolvió el estómago.

  Al momento en el que bajo, una señorita con enormes ojeras y enorme trasero me indica hacia dónde ir. Recojo mi pequeño equipaje en una especie de mesa giratoria; solo 2 maletas para un lugar donde tal vez viva el resto de mi vida.
  Me siento rara. Siento que me observan mucho, como si yo fuera de otra época.

  Todo este cambio, el lugar, la gente que me rodeaba, hasta yo, es diferente.

  Creo que hice bien en venir aquí, esto es mejor que quedarme en esa vieja casa o que me mandaran a un internado o cosas así. Al menos trataré de comenzar una nueva vida, alejada de la poquísima gente que conozco, de ese horrible olor a muertos, del antiguo lugar donde creo que aún viven otra época distinta a ésta,  de vivir en el olvido de los demás por no creer en “Dios”, de todos los casi-buenos recuerdos que tenia de mi madre y de los que ahora tengo de mi padre, de ¡absolutamente-todo!.  Solo espero aprovechar esta oportunidad para cambiar completamente y no seguir siendo la misma chica rara de siempre, a la que unos olvidan y otros desprecia. Y tratar de ser alguien dentro de los más de 346.000 habitantes que hay aquí.

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